domingo, 28 de diciembre de 2008

21/3/04: La Capital de Mar del Plata


Diario La Capital. Fecha: 21 de marzo de 2004


El profesor Snape de Harry Potter fue figura en Mar del Plata
ALAN RICKMAN: “ESTOY SEGURO QUE PREFERIRÍA MORIRME DE HAMBRE ANTES QUE ACTUAR POR DINERO”

El actor construyó su carrera trabajando tanto en Hollywood como en el cine independiente.
Pedro Squillaci / Escenario

Mar del Plata (enviado especial).- Alan Rickman, una de las estrellas más famosas del Festival de Mar del Plata, dijo que no le interesa ganarse un Oscar y prefirió no dar detalles de su personaje en Harry Potter hasta que termine la saga.

- Disculpe señor Rickman, no hablo inglés...
- Discúlpeme usted, que yo no sé hablar español.

El diálogo inicial, en un inglés básico, se dio en el bar del hotel Hermitage entre el diario La Capital y el actor inglés, en una entrevista antes de la masterclass del responsable de darle vida al enigmático profesor Snape en la saga cinematográfica de Harry Potter. El gesto de cortesía no es un dato menor. Es un pincelazo de la gentileza típica de un señorito inglés, aunque él se rehuse a esta denominación. "Ingleses son Churchill y Lennon, y yo no veo similitud entre ellos", destacó.

El actor nunca miró el reloj en la entrevista, se explayó el tiempo que consideró necesario para cada pregunta y trató de que la traductora entendiese todo los detalles de su exposición. Es más, le pidió al fotógrafo amablemente -y con una sonrisa- que no gatille más la cámara porque no podía concentrarse en las respuestas.

Así dejó en claro algunas cuestiones básicas. Afirmó que no sueña con ganar un Oscar ni cree que alguna película de Harry Potter llegue a ser tan premiada como lo fue El Señor de los anillos". Y de su personaje en aquella saga, dijo: "De Snape no puedo hablar, porque Harry Potter todavía no terminó".

La actuación es su pasión y lo explicó de esta manera: "Me dediqué a actuar porque sentí que era algo que hacía mejor que otras cosas. Pero nunca actué por dinero, y estoy seguro de que nunca lo haría, antes preferiría morirme de hambre".

- Usted participó en Duro de Matar, Sensatez y Sentimientos y Harry Potter. ¿Qué elementos tuvo en cuenta para actuar en filmes de características tan distintas?
- Hay cosas que se pueden medir y cosas que no. Uno puede medir un buen guión pero no siempre puede ver cómo ese texto se adapta al personaje.
- ¿Alguna vez privilegió lo económico por sobre lo actoral?
- No, preferiría morirme de hambre. He tenido mucha suerte porque siempre hice los trabajos que quise. Aunque, como les ocurre a todos los actores en su carrera, hubo períodos extensos de mi vida en que estuve sin trabajo.
- ¿Por qué motivos eligió actuar, cuál fue el disparador que le despertó la profesión?
- Es como una compulsión que uno siente. No es una cosa que uno se levanta a la mañana y decide de golpe ser actor. Es de la misma manera como se siente el pintor, el cantante, el jugador de tenis, si se quiere. Es esa cosa que uno sabe hacer mejor que otras personas y es lo que mejor le sale. Antes de ser actor, estudié diseño gráfico.
- ¿El proceso de elaboración de un filme se disfruta o se sufre hasta su estreno?
- ¿Usted me pregunta como director o como actor?
- Si es tan amable, dígalo de ambas maneras.
- Como director tengo apenas una película, fue The Winter Guest, protagonizada por Emma Thompson y su madre, la actriz Phyllida Law, y lo bueno es que uno no tiene que someterse a las sesiones de maquillaje (risas). Y como actor, cada proyecto es diferente y está determinado por una narrativa distinta y un director distinto. Una cosa que es inamovible y nunca cambia, es que uno sabe que está rodeado por expertos que tienen la película en la cabeza. Pero yo resalto la necesidad de la disciplina, por sobre todo.
- ¿Por qué rescata esto?
- Es que hay actores a los que no les gusta ensayar, y yo creo firmemente en la necesidad de los ensayos. La verdadera libertad emana de la disciplina. Ser profesional es llegar al set listo y tocar las propias teclas. La virtud de los directores es tocar las teclas que uno no sabía que tenía. Uno es su propio instrumento y ese instrumento cambia todo el tiempo. La disciplina tiene el alimento lunático, que es el director y los actores, y por otro lado uno tiene como ese gran almohadón o amortiguador que le da respaldo a todo el proceso de la película. De todos modos, a veces pienso que el teatro es un lugar más solitario.
- ¿Alguna vez le tocó componer un personaje tan complicado de abordar, que dijo "esto no es para mí, lo dejo"?
- Yo no le tengo miedo a los temas, hice un personaje en teatro en Relaciones Peligrosas que era un personaje totalmente inmoral hasta los últimos tres minutos de la obra. Este personaje, Valmont, reconoce sus errores en el lecho de muerte. Y descubrí que representar a un personaje tan autodestructivo durante un período tan extenso de tiempo es algo muy peligroso de encarar. Parte del problema de ser actor es el hecho de que uno sabe que la actuación es simulación, pero se simula del cuello para arriba, el resto no puede simular. Y uno puede sufrir perjuicios.
- ¿Sueña con ganar un Oscar?
- No, en absoluto.
- ¿Se vuelca más por el cine independiente o el de la industria norteamericana?
- Mi carrera fue un intento de sobrevivir en ambos campos. Desgraciadamente, la gente que hace cine independiente cuando necesita financiación y tiene que recurrir a los inversores, estos últimos son los que determinan quién va a estar en la película. Porque si no está tal o cual actor, seguramente no estará el dinero. Creo que esto es algo totalmente desatinado y es como una prisión para los realizadores independientes. Pero bueno, así es la vida.
- ¿Qué es lo que más le atrae de su personaje Snape?
- No hablo sobre Snape, porque la historia todavía no terminó.
- ¿Le parece que así como El Señor de los anillos tuvo su reconocimiento por la Academia, también alguna vez le llegará el turno a Harry Potter?
- No creo que se gane tantos Oscars, a menos que hagan una secuela de siete películas. Pero cuando es un producto tan orientado a los chicos uno está lidiando con un animal diferente, un producto distinto. Sin embargo, hay un trabajo fantástico que han hecho tanto los especialistas en cinematografía como los diseñadores de producción en estos filmes, y ese trabajo deberían ganarse su reconocimiento.
- ¿Alguna vez hizo cine testimonial, de corte político?
- Cada vez que uno sale al escenario es un acto político. Nunca me ofrecieron papeles de obreros o mineros que soportan políticas explotadoras de Margaret Thatcher. Pero de hecho haría un personaje así, tengo esperanza que alguna vez me llegue. Lo importante no es el personaje sino lo que está escrito.
- ¿Y habría un tema en especial en que le gustaría involucrarse?
- Con un tema como Malvinas podría involucrarme. Nosotros sufrimos mucho por eso en Inglaterra, y me imagino que ustedes habrán sufrido igual o más en este país. Pero lo haría desde el presente y no como un viaje al pasado.
- ¿Conocía el cine argentino?
- Cuando vi Memoria del saqueo de Pino Solanas me hizo medir mi propia ignorancia. Sería bueno que Pino haga una película sobre Tony Blair. Es más, ya se lo dije.
- ¿Usted acata todas las órdenes de los directores con los que trabaja, o con su experiencia sugiere ideas y pide sus tiempos?
- Acatar es obedecer. La verdad es que no me gusta la palabra obedecer. Pero estoy acostumbrado a actuar con directores de distintas nacionalidades y la verdad es que no tienen muchas diferencias entre sí. "Estamos apurados" y "se nos acaba el dinero" son dos frases que siempre suenan en los sets de filmación. A veces hay que pedir 30 segundos para concentrarse. La concentración es el arma más poderosa que tiene un actor. Otras veces hay que decir "Hey, aquí hay una persona, un momento". Pero seguramente si trabajaría con Fellini, haría todo lo que él me pidiera (risas).

El villano más querido
Cuesta creer que el mismo hombre que participó de películas tan famosas, esté caminando por las calles de esta ciudad. Entre la filmografía más destacada de Alan Rickman está Duro de Matar (1988), cuyo personaje se aplaudió sostenidamente por el público cuando se le entregó una plaqueta de homenaje en el Auditórium. Participó además en Robin Hood, Príncipe de los ladrones (1991), protagonizada por Kevin Costner. Fue dirigido por estrellas de la talla de Anthony Minghella (su íntimo amigo) en Truly Madly Deeply, y también en Play, un video inédito experimental que presentó en una colmada masterclass realizada en el salón Versalles del Hermitage. También estuvo presente en Ciudadano Bob Roberts (1992) de Tim Robbins; Sensatez y Sentimientos (1995) de Ang Lee, y Realmente Amor de Richard Curtis. Claro que saltó al reconocimiento masivo con su personaje Snape en Harry Potter y la Piedra Filosofal (2001) y Harry Potter y la Cámara Secreta (2002).

Rickman conocía a la Argentina a través de su participación en un documental para la televisión estadounidense llamado Eco Challenger Argentina, en donde miraba las imágenes en la pantalla y oficiaba de maestro de ceremonias. "Las imágenes eran sólo de la Patagonia, así que siempre me quedé con las ganas de conocer este país hasta hoy. Pero aún sólo conozco una parte de Mar del Plata", dijo el actor.




NOTA: este material es producto de una búsqueda propia. Si lo copian, por favor coloquen el link del blog. Gracias!

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