Supongo que por estas horas se les estará pasando la conmoción por la noticia de la muerte de Michael Jackson. Más allá de los gustos musicales de cada uno, y de lo que cada uno pudiera pensar de él como persona (acusaciones legales mediante), no se puede negar que la huella que dejó en la música, no se borrará jamás. Personalmente me gustaba su música (prefería los 80's), aunque nunca fui fan; y admiraba la capacidad de showman que tenía. Pero el motivo de este post es que Michael Jackson, el eterno niño que vivía en el rancho "Neverland", se había declarado abiertamente fanático de Harry Potter, tanto de los libros como de las películas; y concretamente había invitado al trío protagonista de los filmes (Daniel Radcliffe, Emma Watson y Rupert Grint) al primer show de la gira que iba a iniciar en julio próximo en Londres, la última de su vida que ni siquiera pudo iniciar. En fin... más allá de las acusaciones judiciales de las que ya sabemos, yo sentía pena por Jackson, por la vida que había llevado, siendo abusado y maltratado por su padre desde pequeño, y no habiendo podido tener una infancia (ni vida adulta) normal. Nos quedará su música, como se dice siempre en estos casos.
No hay comentarios:
Publicar un comentario