(El verdadero Rasputin)
El 19 de enero de 1997, Alan Rickman subió al escenario del Beverly Milton de Los Ángeles y bajó con su primer Golden Globe en manos. El premio fue por su interpretación de Rasputin, en la película del mismo nombre de la HBO. El filme narraba la historia del recordado místico ruso y su influencia en la dinastía Romanov, en Rusia. Cuenta su ascenso y su trágico final, asesinado por allegados a la propia dinastía.
Si bien la película es bastante fiel a lo que se sabe de Rasputín a partir de su irrupción en la vida de los Romanov, voy a aprovechar para contarles qué era de la vida de Gregori Yefimoich Rasputin antes de hacerse tan conocido.
Nacido alrededor de 1872 en un pueblo cerca del río Tura, se crió en los campos de Liberia, sin ningún tipo de instrucción, y sobreviviendo como ladrón de ganado.
Aún adolescente, se marchó a meditar a un monasterio, y fue por esa época cuando –diría luego- tuvo una visión de la Virgen. Eso lo “consagró” como un “místico”. El paso siguiente sería su ingreso a una secta bastante particular, donde se practicaban verdaderas orgías en medio de fiestas grandiosas.
En 1889 se casó y tuvo tres hijos, aunque se sabía que había tenido más hijos extramatrimoniales.
A principios del siglo XX se convirtió en peregrino, y comenzó un extenso viaje por diversas tierras donde aprendió de todo un poco: historia, religión, esoterismo, entre otras cosas.
La película Rasputín toma al personaje en esta instancia, en que vagaba por Rusia como peregrino. Históricamente, se supone que ya estaba tramando cómo vincularse a la familia del Zar.
Como decía, la historia que cuenta la película es bastante fiel a la historia “oficial” de cómo Rasputin llegó al Palacio: el hecho de haber curado “milagrosamente” al niño Alexei, hijo del Zar y heredero (sufría de hemofilia), le abrió las puertas a la dinastía. Rasputin se volvió muy cercano a la Zarina y se convirtió en el médico personal de la familia. Pero cuando Rasputin comenzó a introducir también en el palacio las pervertidas prácticas de su antigua secta, y sobre todo cuando sus influencias en la familia Romanov comenzaron a ser políticas, el entorno del propio Zar que vio peligrar sus intereses, le bajó el pulgar y condenó a muerte al místico, apodado el “Monje Loco” o el “Monje Negro”.
La noche del 29 de diciembre de 1916, y tras varios intentos fallidos de asesinarlo, Rasputin fue muerto en medio de una fiesta. La “tarea” (como también se ve en la película) no fue nada fácil: primero se lo envenenó, y como no era suficiente, le pegaron varios tiros. Finalmente lo arrojaron al río. La autopsia al cadáver de Rasputin indicaría que murió ahogado, por lo tanto, a pesar del veneno y de los disparos, no habían logrado matarlo.
En 2004, surgió una nueva hipótesis: que el servicio secreto británico habría colaborado en el asesinato de Rasputin.
La descripción que se hace de la personalidad de Rasputin, está muy lograda en la película: un hombre de fuerte personalidad, muy convincente, que a veces podía resultar grosero y que solía vérselo ebrio y rodeado de prostitutas. Y un dato más: en 2004, las “partes íntimas” de Rasputín (entiéndase el pene), fueron exhibidas en un museo en San Petersburgo. El responsable del lugar dice habérselo comprado por 8 mil dólares a un anticuario francés, junto con cartas manuscritas del Monje.
Aún adolescente, se marchó a meditar a un monasterio, y fue por esa época cuando –diría luego- tuvo una visión de la Virgen. Eso lo “consagró” como un “místico”. El paso siguiente sería su ingreso a una secta bastante particular, donde se practicaban verdaderas orgías en medio de fiestas grandiosas.
En 1889 se casó y tuvo tres hijos, aunque se sabía que había tenido más hijos extramatrimoniales.
A principios del siglo XX se convirtió en peregrino, y comenzó un extenso viaje por diversas tierras donde aprendió de todo un poco: historia, religión, esoterismo, entre otras cosas.
La película Rasputín toma al personaje en esta instancia, en que vagaba por Rusia como peregrino. Históricamente, se supone que ya estaba tramando cómo vincularse a la familia del Zar.
Como decía, la historia que cuenta la película es bastante fiel a la historia “oficial” de cómo Rasputin llegó al Palacio: el hecho de haber curado “milagrosamente” al niño Alexei, hijo del Zar y heredero (sufría de hemofilia), le abrió las puertas a la dinastía. Rasputin se volvió muy cercano a la Zarina y se convirtió en el médico personal de la familia. Pero cuando Rasputin comenzó a introducir también en el palacio las pervertidas prácticas de su antigua secta, y sobre todo cuando sus influencias en la familia Romanov comenzaron a ser políticas, el entorno del propio Zar que vio peligrar sus intereses, le bajó el pulgar y condenó a muerte al místico, apodado el “Monje Loco” o el “Monje Negro”.
La noche del 29 de diciembre de 1916, y tras varios intentos fallidos de asesinarlo, Rasputin fue muerto en medio de una fiesta. La “tarea” (como también se ve en la película) no fue nada fácil: primero se lo envenenó, y como no era suficiente, le pegaron varios tiros. Finalmente lo arrojaron al río. La autopsia al cadáver de Rasputin indicaría que murió ahogado, por lo tanto, a pesar del veneno y de los disparos, no habían logrado matarlo.
En 2004, surgió una nueva hipótesis: que el servicio secreto británico habría colaborado en el asesinato de Rasputin.
La descripción que se hace de la personalidad de Rasputin, está muy lograda en la película: un hombre de fuerte personalidad, muy convincente, que a veces podía resultar grosero y que solía vérselo ebrio y rodeado de prostitutas. Y un dato más: en 2004, las “partes íntimas” de Rasputín (entiéndase el pene), fueron exhibidas en un museo en San Petersburgo. El responsable del lugar dice habérselo comprado por 8 mil dólares a un anticuario francés, junto con cartas manuscritas del Monje.
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